Pony Club

Había leído algunas reseñas y la información en la web. Es cierto lo que dicen sobre que es un lugar muy rústico. Por tanto, tiene que gustarte ese estilo. Es todo muy auténtico.El lugar está cuidado y todo está muy limpio incluyendo los baños. Hay también una cocina que se puede utilizar de forma muy conveniente.Es una granja y por tanto hay muchos animales: cerdos, gallinas, cabras, caballos y ponis...Recomiendo más el alojamiento glamping en tiendas o cabañas que la acampada, ya que el terreno es duro. Es necesario un martillo para clavar las picas. Si no se tiene, ellos te lo prestan muy amablemente. Hay una explanada grande donde se puede acampar o poner la Camper pero tiene poca sombra. Sólo hay sombra alrededor de la explanada pero justo ahí tiene un poco de pendiente el terreno. Mejor ir con caravana, autocaravana o Camper que con tienda.El sitio es muy tranquilo, para desconectar de todo es excelente. Es una maravilla oír solo el ruido de los animales y mirar el paisaje campestre alrededor. Y desayunar en ese porche que te traslada en el tiempo con bonitas vistas.Vanesa y Vitor, los anfitriones, son muy amables y la estancia se hace muy familiar. Escribí y me contestaron enseguida dispuestos a acomodar todo a nuestras necesidades y contestando a todas mis preguntas. Llegábamos muy tarde y Vitor nos esperó y explicó todo a la llegada, acompañándonos al lugar de acampada, la zona de aseo, etc.El precio del desayuno puede parecer algo caro con respecto a lo demás pero realmente es espectacular y merece la pena desayunar al menos un día. Todo muy natural y muy bien preparado a la hora que se haya indicado. Se desayuna en un porche en el que se está de maravilla.Ha sido una pena que íbamos de pasada y no hemos podido estar más tiempo pero la experiencia ha sido muy buena y si tenemos oportunidad repetiremos con todos nuestros hijos.